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El ayuno como arma contra el covid persistente


Steffanie Hornstein - 20/01/2022 - 0 comments

El ayuno como arma contra el covid persistente

Michel Falck combatió los síntomas postcovid ayunando en Buchinger Wilhelmi

Michel Falck (60 años) sabe muy bien lo que significa no poder dedicarse de repente a su pasión ni a su profesión, estar constantemente cansado y sin ganas de nada. Tanto él como otros enfermos de Covid-19 siguen presentando síntomas, algunos de ellos graves, meses después de la infección aguda.

El COVID persistente –duración prolongada de las secuelas de la enfermedad– provocó en el ciudadano de Estrasburgo graves problemas de concentración, la pérdida del olfato y del gusto y otros problemas de salud. Tanto es así que de momento tuvo incluso que abandonar su pasión por el piano y su trabajo como comerciante de vinos. Ante tal situación, Michel Falck decidió hacer una cura de ayuno en Buchinger Wilhelmi en Überlingen, a orillas del lago de Constanza.

Michel Falck ist Weinhändler in Straßburg

En una entrevista con Leonard Wilhelmi, director de la clínica de ayuno Buchinger Wilhelmi de Überlingen, Michel Falck habla abiertamente sobre los difíciles momentos vividos tras la infección por coronavirus y de cómo consiguió llevar de nuevo una vida normal.

LEONARD WILHELMI: Hoy hablaremos del postcovid o covid persistente: usted tiene una historia emocionante que contar al respecto. Mucha gente se pregunta si el ayuno sirve de algo en caso de padecer covid persistente.

Michel Falck: En el verano de 2015 vine a Buchinger Wilhelmi por primera vez y desde entonces he estado aquí en más ocasiones; unas veces he ayunado correctamente y otras solo de forma intermitente. Unos amigos que trabajan en la alta gastronomía me habían hablado de la clínica. Soy comerciante de vinos desde hace más de 25 años. Dirijo tres tiendas en Estrasburgo y una tienda on-line y tengo un equipo de ocho personas, todas ellas antiguos sumilleres. Algunos han trabajado en restaurantes con dos o tres estrellas Michelin. Mi equipo domina también el arte de seleccionar los vinos que combinan perfectamente con los distintos platos.

LEONARD WILHELMI: Entonces, si usted perdiera el gusto o el olfato, sería una tragedia …

Michel Falck: Exactamente, y de hecho los perdí, pero ya los he recuperado casi por completo.

En 2015 estaba particularmente mal, había engordado bastante y pesaba casi 100 kilos. Traté de poner remedio a la situación por mí mismo. También había abandonado el deporte. Tenía la sensación de que necesitaba un impulso.

En el verano de 2015 hice mi primera cura de ayuno de diez días. Me sentó muy bien y perdí unos cuantos kilos. Luego volví en febrero de 2017 para hacer otra cura, de nuevo durante diez días. Entre medias vine dos veces más, pero solo fueron estancias cortas de cuatro o cinco días para visitar a amigos a los que había recomendado la clínica, en particular a uno que padecía artrosis y ahora está recuperado y me agradece todos los días que le diera esta dirección.

En septiembre de 2021 vine a Buchinger Wilhelmi por sexta vez y desde entonces mi peso se ha mantenido en torno a 82 kg. Esta cura de ayuno de diez días es además decisiva para que después de la infección por covid pueda recuperar un estado de salud medianamente normal.

Mi estado era grave; no podía leer ni una línea. ¡Eso fue lo peor!

— Michel Falck

Paciente habitual de Buchinger Wilhelmi

LEONARD WILHELMI: ¿Cómo se infectó?

Michel Falck: A finales de abril contraje el coronavirus, la variante británica. El 4 de mayo di positivo. Las seis semanas siguientes fueron muy difíciles. No tuve problemas respiratorios, por lo que no necesité ir al hospital, no me afectó la forma más grave. Por lo demás, tuve de todo: dolor de cabeza, escalofríos increíbles y, aunque en realidad nunca tuve fiebre, me sentía como si tuviera 41 grados. Temblaba y, a pesar de los baños muy calientes, seguía teniendo frío. Entonces, de repente, sentí mucho calor, perdí el sentido del gusto y del olfato y empecé a toser. Mi estado era preocupante; tampoco era capaz de leer una línea.

LEONARD WILHELMI: ¿No lograba concentrarse o tenía problemas de comprensión?

Michel Falck: No podía concentrarme. Estuve en casa prácticamente hasta finales de junio; dejé de hacer muchas cosas; confundía los nombres; un día llamé a una amiga muy cercana por el nombre de su padre. Eso no es malo en sí mismo, todos nos estresamos y nos cansamos a veces, pero hubo muchos pequeños detalles como ese. Tenía muchas dificultades para expresarme en inglés y alemán, idiomas que domino. Imagínese, no podía tocar el piano ni leer una partitura, porque ni siquiera podía leer un libro o un periódico.

A partir de junio me sentí un poco mejor. Busqué la ayuda de un entrenador deportivo que trabajaba con fisioterapeutas en Estrasburgo. Apenas me había podido mover durante seis semanas, por lo que empecé con algunos ejercicios de estiramiento durante media hora. Al día siguiente estaba agotado, dormí tres horas durante el día; incluso me quedé dormido en el sillón, cosa que normalmente nunca me pasa. El cansancio te invade como una ola, no puedes hacer nada, no tienes fuerza de voluntad, es increíble. Sin embargo, yo estaba en buena forma, hacía deporte y cuidaba mi estilo de vida. Tengo 60 años y no tengo factores de riesgo conocidos, ninguno.

A principios de julio me dije a mí mismo que tenía que hacer algo y vine a la clínica. Y desde entonces me va tan bien que, si todo sigue así, volveré a trabajar en octubre. Pero empezaré poco a poco. El médico que me atiende aquí también me ha dicho que me lo tome con calma. Cuando algunos días me siento mejor, me esfuerzo un poco más y al día siguiente estoy cansado. Así es.

Quizá sea exagerado hablar de un milagro, pero a mí me lo pareció.

— Michel Falck

LEONARD WILHELMI: ¿Qué le trajo a nuestra clínica de ayuno para tratar el covid persistente?

Michel Falck: Mi idea era hacer un tratamiento de talasoterapia en Bretaña –yodo, mar, pescado y marisco– o una cura de ayuno con ustedes. Hablé de ello con mi médico de familia y con mi médica acupuntora y nutricionista. En ambos casos me aconsejaron no ayunar en mi estado. Estaba demasiado débil.

Por otro lado, el médico que me trataba me dio luz verde, pero no me sentí con ánimo; estaba exhausto. En cualquier caso, fue a mediados de julio cuando acudí, agotado, a la clínica.

Por eso empecé con 1200 kcal el primer día. Al día siguiente pasamos a 800 kcal, sin desayuno. Los días siguientes ayuné en intervalos de 16:8.

Y ahora viene lo sorprendente: puede que sea una exageración hablar de milagro, pero a mí me lo pareció. Un día fui al salón sin haber desayunado; este dato es importante y por ello lo subrayo. Eran las diez de la mañana y no había nadie. Si alguien hubiera estado allí, no lo habría hecho porque no me habría atrevido. Pero no había nadie. Y luego estas vistas maravillosas del lago de Constanza y los Alpes. Despejan la mente y abren el espíritu. Es simplemente increíble.

Allí estaba este piano de Steinway & Sons. Abrí la tapa. Y empecé a tocar; no sé cómo, pero logré tocar dos piezas que conozco desde hace mucho tiempo y que no había podido tocar durante dos meses y medio. Y las toqué casi sin errores. Fue un pequeño milagro para mí muy conmovedor. Era una sonata de Scarlatti y un movimiento largo de una sonata de Mozart. Tuve que llorar, me conmovió mucho. Por suerte, no había nadie. Lloré durante tres, cuatro, cinco minutos.

Michel Falck besiegte Long Covid Symptome

Desde entonces he venido todos los días a tocar el piano. Siempre cuando no había nadie. Y luego, una vez que toqué un poco más; el personal de recepción y algunas otras personas vinieron a decirme lo bonito que les había parecido. Una señora de París muy simpática se acercó a mí y me dijo: “¡He oído tanta emoción en su forma de tocar!”.

Y así fue: el viernes toqué con un torrente de emociones que querían salir de mí.

Falta investigación sobre el covid persistente

Los primeros estudios sobre el ayuno apuntan a una posible mejoría de los síntomas.

Aún no se ha investigado el efecto positivo del ayuno sobre el curso de la enfermedad del covid persistente. Sin embargo, los resultados de los estudios publicados relativos al ayuno aportan indicios sobre posibles explicaciones de la mejoría de los síntomas. La Dra. Françoise Wilhelmi de Toledo, directora científica de las clínicas Buchinger Wilhelmi, los resume en el siguiente vídeo. A su vez, la Dra. Eva Lischka, especialista en ayuno desde hace casi cuatro décadas y antigua médica jefe, describe otros cuatro casos de antiguos pacientes con síntomas de covid persistente.

Ir al vídeo

LEONARD WILHELMI: Le hemos ofrecido colaborar con nosotros en el estudio que estamos realizando sobre el postcovid. ¿Qué le parece?

Michel Falck: Sí, con mucho gusto. Me gusta relacionarme con los demás, me gusta compartir algo de mí mismo, lo disfruto. Cuando tenía covid, estaba tan cansado que ni siquiera fui capaz de apoyar a dos íntimos amigos que padecen burnout. No se trataba de ayudarles, sino de escucharlos, de estar a su lado. Eso me entristeció. Y me resultó difícil aceptarlo y también aceptar que yo mismo necesitaba ayuda.

Vinieron a verme amigos y familiares y me traían comida, porque apenas podía salir de casa, me las arreglaba solo, pero todo iba muy lento. Y al principio casi me sentí… bueno, no culpable, pero estaba muy descontento con la situación. He estado trabajando todo este tiempo, desde junio hasta mediados de julio, para aceptar que yo también tengo derecho a ser ayudado. Es una forma de amor, de ternura y de buena voluntad hacia uno mismo. Hoy hay una aceptación completa en mi interior. Incluso creo que el covid llegó en el momento adecuado para protegerme contra otro problema de salud que está relacionado con mi intenso ritmo de vida.

Leonard Wilhelmi: Muchas gracias por esta sincera e ilustrativa conversación. ¡Le deseamos todo lo mejor y mucha salud!

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