AYUNO Y SUEÑO
Lo que sabemos sobre el tema y nuestros consejos para un sueño reparador
Quien ayuna invierte en su salud. Y una vida sana incluye también dormir lo suficiente. En esta ocasión explicamos cuál es la conexión y qué cambios notan las personas que ayunan y ofrecemos 8 consejos para dormir realmente bien.
Por qué el sueño es tan importante para nuestra salud
Lo más importante para nosotros en Buchinger Wilhelmi es ayudar a las personas a llevar una vida sana y plena. En cada uno de nosotros hay mucho potencial y muchos recursos para conseguirlo. Además de la alimentación, el ayuno, el ejercicio físico y el equilibrio emocional, esos recursos incluyen también el sueño. Durante mucho tiempo, el sueño se ha visto como una ausencia de actividad, pero en realidad es un “programa” en sí mismo, esencial para nuestra regeneración física y emocional. Al fin y al cabo, los seres humanos podemos vivir mucho más tiempo sin comer que sin dormir. La falta de sueño es una auténtica tortura para el cuerpo y la mente.
Cada vez dormimos menos: en los últimos 70 años se ha reducido el tiempo medio de sueño por noche de 7,9 horas (encuesta de 1942) a tan solo 6,3 horas. Es decir, casi un 20 % menos. Asimismo, cada vez tenemos que procesar al mismo tiempo más sensaciones distintas. La vida se ha vuelto más rápida y ajetreada, y nos sentimos constantemente desbordados por influencias externas procedentes de los teléfonos inteligentes, las redes sociales, etc. Precisamente por ello necesitamos dormir más, en lugar de menos, para recuperarnos y procesar tanta información.
Sueño y ayuno: Lo que sabemos hasta ahora
Aunque todavía no hay estudios clínicos relevantes sobre la función del sueño durante el ayuno, ya estamos viendo los primeros indicios de que las personas que ayunan duermen subjetivamente menos tiempo y, sin embargo, experimentan un descanso profundo.
Este es el ritmo normal del sueño
Tan pronto como oscurece comienza la liberación de melatonina, y en nuestro cerebro circadiano estamos programados para dormir y ayunar. La rutina normal del sueño consiste en ciclos de unos 90 minutos. En la primera mitad de la noche, el cuerpo se encuentra en la fase de sueño profundo (NREM), durante la cual se recuperan principalmente las funciones del cuerpo y los músculos. Esta primera fase va desde las 22:00 hasta las 2:00 de la madrugada, aproximadamente. A ella le sigue la fase REM en la segunda mitad de la noche, desde las 2:00 de la madrugada hasta que nos levantamos, durante la cual también se sueña.
¿De qué cambios hablan los ayunantes?
En nuestra clínica hemos hecho un estudio en el que preguntamos a personas ayunantes sobre la calidad de su sueño. Alrededor del 20 % respondió que durante el ayuno dormía de forma distinta a la habitual. Los pacientes nos dijeron que sobre todo los primeros días habían tenido la sensación de que habían dormido menos de lo habitual, por ejemplo, porque se habían despertado más a menudo por la noche. Sin embargo, cuando se les preguntaba cómo se habían sentido al día siguiente, la respuesta típica fue: “Sí, me parecía que había dormido menos; sin embargo, por la mañana me sentí sorprendentemente descansado y fresco”. Algunos incluso reconocieron que saltaban de la cama como un niño pequeño. El primer día de ingesta de alimentos sólidos tras el ayuno, algunas personas dijeron que habían vuelto a dormir como de costumbre y que por la mañana no se sentían tan descansadas.
Recientemente hemos realizado otro estudio en el que los sujetos llevaban un sistema portátil que nos dará resultados más precisos para la evaluación.
Todo parece indicar que está suficientemente justificado creer en la afirmación de nuestro fundador, Otto Buchinger: “¡Incluso una noche de insomnio puede ser una gloria!”. Hasta llegó a recomendar a los pacientes que, si se despertaban por la noche, se aprendieran de memoria un poema o un salmo. Este es un modo de evitar “inventarse películas”, como diríamos hoy, y conseguir sumergirnos lentamente de nuevo en el sueño.
¿Por qué una cura de ayuno influye en el sueño?
Las causas por las que el ayuno puede influir en el sueño aún no se han investigado con precisión. Una explicación plausible puede ser que el cambio a la quema de grasa genere cetosis en el organismo, lo que puede provocar cierta agitación. Otra posibilidad es que se deba a la breve fase de estrés al comienzo del ayuno, que lleva al metabolismo a cambiar de estado.
Un factor importante para nuestro sueño es también nuestro estado emocional. Durante una cura de ayuno faltan los mecanismos habituales de compensación que se tienen en la vida cotidiana, con el resultado de que las emociones reprimidas salen a la luz y posiblemente causan inquietud por la noche. La ventaja es que las emociones se pueden percibir y procesar.
Durante la estancia en una clínica Buchinger Wilhelmi, los pacientes se evaden de la vida cotidiana, llevan un ritmo diferente y tienen más tiempo para ellos mismos. Durante el ayuno, la rutina diaria está más estructurada. Este es uno de los requisitos más importantes para dormir bien.
Vídeo: La Dra. Françoise Wilhelmi de Toledo sobre el ayuno y el sueño
Consejos para un sueño reparador tanto al ayunar como en la vida diaria
Hemos explicado por qué es tan importante dormir bien. Pero, ¿qué se puede hacer si no se consigue descansar por la noche? Hay algunas normas que nos gustaría recomendarle para dormir bien*:
* Nota: Estos consejos están pensados para personas sanas con problemas leves de sueño. Si sospecha que padece un trastorno del sueño más grave que quizá requiera medicación, acuda al médico. En nuestra clínica ofrecemos también la opción de realizar una poligrafía cardiorrespiratoria, que puede diagnosticar posibles trastornos del sueño. Asimismo, trabajamos con un laboratorio del sueño.