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Depuración natural


Steffanie Hornstein - 02/04/2019 - 0 comments

En forma para la primavera, ¿quién no lo firmaría? Por ello este es el mejor momento para resetear el cuerpo. Nada mejor para ello que una cura de ayuno. Las plantas medicinales son una ayuda ideal para impulsar el proceso de autolimpieza del organismo.

La autofagia (del griego antiguo autóphagos “devorarse a uno mismo”) desempeña un papel muy importante en el proceso de depuración. Por el descubrimiento de este fenómeno, el japonés Yoshinori Ushumi fue galardonado con el premio Nobel de Medicina en 2016. En realidad se trata de un programa de reciclaje del organismo que destruye y elimina las proteínas y los orgánulos celulares (estructuras celulares con determinadas funciones metabólicas) dañados y deformados. La autofagia es además un componente importante de nuestra función inmunitaria, pues contribuye a eliminar los gérmenes patógenos.

Este “proceso de evacuación de residuos” celulares se realiza, en principio, de manera ininterrumpida, pero durante el ayuno es cuando realmente se dispara. También la duración del ayuno influye en la intensidad de la autolimpieza. Si, como ocurre en el ayuno intermitente, solo se ayuna durante 16 horas al día o durante 2 días a la semana (lo que se conoce como método 16:8 y 5:2, respectivamente), la autofagia no es tan intensa como en el ayuno terapéutico Buchinger de cinco días a tres semanas, tal como se practica en las clínicas Buchinger Wilhelmi.

La ventaja de la versión clásica del ayuno no es solo potenciar la autofagia. El hecho de no ingerir alimentos sólidos durante un tiempo más o menos prolongado activa la combustión de las grasas, dando lugar a un metabolismo cetógeno, que, a su vez, inhibe los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo en el organismo. No obstante, estos no son los únicos efectos beneficiosos para la salud: también se estimula la biosíntesis de las mitocondrias, las pequeñas centrales de energía de las células del cuerpo. Los factores que favorecen el crecimiento de tumores se amortiguan y, a la vez, se enseña al metabolismo a hacer un uso más eficiente de la energía. Recientemente se ha publicado el estudio científico sobre el efecto del ayuno terapéutico más amplio hasta ahora a nivel internacional, en el que se han podido demostrar los efectos positivos del ayuno Buchinger.

Pero volviendo al proceso de depuración durante el ayuno: como ya se ha apuntado, el cuerpo humano posee un sistema fisiológico altamente desarrollado para metabolizar las sustancias perjudiciales y tóxicas mediante su biotransformación en el hígado y los riñones y eliminarlas a través de la orina y las deposiciones. También a través de la piel y la respiración, el organismo puede liberarse de otras sustancias:

El hígado es el órgano con mayor función metabólica. No solo crea combinaciones químicas que el cuerpo necesita para sobrevivir (hidratos de carbono, grasa, proteínas), sino que además descompone (metaboliza) sustancias perjudiciales, como el alcohol, productos de degradación tóxicos o sustancias nocivas ingeridas. Al mismo tiempo, es el órgano excretor más importante, junto con los riñones. Existen varias medidas para potenciar la función detox del hígado.

En el ayuno terapéutico Buchinger, por ejemplo, se aplica regularmente a los pacientes una compresa hepática caliente. La función excretora del hígado se puede favorecer también con diversos alimentos, en especial con hortalizas y ensaladas que contengan una concentración más elevada de sustancias amargas, tales como achicoria, rábanos, rúcula, endivias, coles de Bruselas y brócoli.

Como complemento del ayuno, estas plantas medicinales pueden ayudar en el proceso de depuración:


Cardo mariano

El extracto obtenido de los frutos contiene silimarina como sustancia activa, que es un potente antioxidante y antiinflamatorio, además de aumentar la capacidad regeneradora de las células hepáticas. En una cura detox pueden utilizarse preparados estandarizados, que contienen entre 200 y 400 miligramos de concentrado de silimarina.

Hojas de alcachofa

También los extractos y los zumos exprimidos de alcachofa estimulan la regeneración de las células hepáticas. Asimismo, mejoran la capacidad reparadora de las células y favorecen la excreción de ácido biliar.

Lo mejor en este caso es utilizar extractos estandarizados, que pueden adquirirse en la farmacia. Si se ingieren forma de zumo, la dosis es de 10 mililitros dos o tres veces al día antes de las comidas.

Diente de león

El diente de león es uno de los representantes clásicos de los antidiscráticos (plantas que influyen en gran medida en el metabolismo en general y en los órganos excretores en particular). Con fines terapéuticos se usan tanto la raíz como las hojas. Sus abundantes sustancias amargas favorecen la función del hígado, a la vez que estimulan la formación de los jugos digestivos y bilis, así como la actividad renal. No menos destacable es su efecto protector del hígado y antiinflamatorio. Los estudios realizados con un extracto de raíz acuoso-alcohólico han demostrado que, además de potenciar la capacidad regeneradora del hígado, dicho preparado inhibe los procesos fibróticos. Una cura con diente de león ayuda a regular el metabolismo, en especial, el metabolismo de las grasas.

Para lograr el efecto depurativo, se aconseja ingerir la planta en forma de infusión. Llevar a ebullición ¼ litro de agua, verterla sobre 1 o 2 cucharaditas de raíz y hojas de diente de león (utilizar preferentemente los preparados que se adquieren en la farmacia, porque su calidad está garantizada) y dejar infusionar durante 15 minutos. Beber de 2 a 3 tazas de té distribuidas a lo largo del día.
Si se trata de zumo exprimido, la dosis es 15 mililitros tres veces al día.

Ortiga

Esta planta figura también entre las antidiscráticas y desde tiempos remotos se usa para estimular la actividad renal y la excreción de ácido úrico. Este efecto resulta muy beneficioso, por ejemplo, después de haber ingerido alcohol y alimentos grasos en abundancia. Las hojas de ortiga son además antiinflamatorias, inmunomoduladoras y antioxidantes, por lo que alivian el dolor articular. En una cura detox, las ortigas pueden tomarse en forma de infusión, zumo exprimido, sopa, crema o puré o extracto alcohólico.

Para una taza de infusión, llevar agua a ebullición y verter sobre 1 o 2 cucharadas de hojas de ortiga frescas o desecadas y dejar infusionar durante 10 minutos. Beber una taza varias veces al día. En caso de zumo exprimido, tomar 1 o 2 cucharadas tres veces al día.

Para preparar una sopa, cocer 500 gramos de hojas de ortiga frescas en ½ l de agua durante 5 minutos; opcionalmente, pasarlas por el pasapuré y salpimentar. La preparación clásica para “limpiar la sangre” en primavera es la crema o puré de ortigas frescas. Utilizar tanto las hojas como los tallos (hasta máx. 3 mm de diámetro), ya que, de lo contrario, la concentración de sustancias importantes no será suficiente. Ingerir a lo largo del día unos 50 gramos de crema o puré de hojas y tallos de ortigas estofadas.

 

Resumen

Para que todas estas medidas surtan el efecto deseado, durante la cura detox deben evitarse, naturalmente, todos los factores perjudiciales para el órgano de que se trate, como el alcohol, etc. Quien además se mueva suficientemente al aire libre o practique algún deporte, podrá recibir a la primavera con el “metabolismo limpio”.

Aquí encontrará muchas recetas saludables: ENLACE

Texto: Siegfried Bäumler, publicado en Food Forum, 1ª edición 1, 2019
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