Ayuno y meditación

EL SACERDOTE JESUITA Y MAESTRO ZEN HUÉSPED EN BUCHINGER WILHELMI

Niklaus Brantschen ofrece un curso de una semana de duración sobre «Meditar en Cuaresma» en la clínica Buchinger Wilhelmi de Überlingen. El foco se centra en la dimensión espiritual del ayuno, en el descanso y en el encuentro con uno mismo en silencio, un aspecto que ha cobrado cada vez más importancia en nuestras clínicas en los últimos 30 años. Brantschen nos anima a tener respeto, pero no miedo, a lo desconocido, que puede surgir tanto durante el ayuno como en la meditación. Según sus palabras, desplazar conscientemente la atención de la alimentación externa a la interna nos ayuda a encontrar y cultivar la paz y el sosiego en nuestro interior.

«Meditar en Cuaresma». Una actividad para la reflexión y la reorientación

Ser capaz de hacer una pausa, de mirar hacia su interior y de conocerse íntimamente es lo que muchas personas desean en nuestros tiempos agitados, ruidosos, sobreestimulantes y plagados de crisis. La práctica de la meditación zen puede ser de gran ayuda en la búsqueda de la relajación, del sosiego, de la paz interior, de nuevas fuentes de energía y del sentido y la razón original de la vida.

Pero, ¿qué es el zen? ¿Una misteriosa tradición del Lejano Oriente con rituales extraños y difíciles de aprender? En absoluto, asegura Niklaus Brantschen, sacerdote católico jesuita, maestro zen, guía de ayuno y amigo de la familia: el zen no es nada exótico, ni una mera técnica ni una doctrina abstracta, sino un camino de concentración e introspección en silencio, del querer hacer y tener al ser, que finalmente lleva de nuevo al exterior, a una relación más profunda con el mundo que nos rodea y con la base de la vida. Para el maestro zen, que ha vivido y enseñado la práctica del budismo zen japonés durante muchos años y sabe cómo llevar su esencia a un diálogo fructífero con la espiritualidad cristiana de Occidente, la conexión con el ayuno es obvia: ambas prácticas se apoyan y se refuerzan mutuamente y conducen a una mayor atención plena, a un conocimiento más intenso de uno mismo y a una mayor sensibilidad hacia las necesidades propias y ajenas.

Las tres dimensiones del ayuno desde la perspectiva zen

El ayuno es tridimensional, como la vida misma, afirma Brantschen en una conversación con Françoise Wilhelmi de Toledo. En realidad se trata de una relación triple:

• la relación con nosotros mismos y el cuidado de nosotros mismos
• la relación con el mundo que nos rodea, con el que estamos conectados
• la relación con una realidad mayor

Sentarnos en silencio puede ayudarnos a tranquilizarnos y a arraigarnos con calma en ese lugar donde no hay un ir y venir ni un antes y un después. Otto Buchinger ya dijo que el ayuno es esencialmente una cuestión de silencio, recuerda Brantschen citando al fundador de la clínica. La vida misma es silenciosa y poderosa, y el poder del silencio no es una mera sensación, sino una cualidad que crea calidad de vida, asegura el sacerdote y maestro zen.

A pesar de su avanzada edad, Niklaus Brantschen, inspirado por Otto Buchinger, no solo sigue ayunando regularmente, sino que también dirige semanas de ayuno desde 1977, al principio en la Bildungshaus de Bad Schönbrunn, de la que fue director, y más tarde también en nuestras clínicas de Überlingen y Marbella. Según cuenta el propio Brantschen, tras la publicación de su primer libro sobre el ayuno, que trata de las tres dimensiones del mismo –salud, amor al prójimo y espiritualidad–, Buchinger Wilhelmi se puso en contacto con él. Desde entonces, ayuna como huésped especial en las clínicas de Überlingen y Marbella e imparte regularmente cursos de meditación para pacientes y huéspedes.

Vídeo: Niklaus Brantschen en conversación

La dimensión humana del ayuno también es importante para Brantschen, como subraya en la conversación con Françoise Wilhelmi de Toledo: El ayuno no es un fin en sí mismo, sino que también tiene que ver con el compartir.

La voluntad de compartir es una actitud que surge de la apertura interior y de la sensibilidad, no un deber impuesto desde fuera. Esta actitud tiene aspectos sociales y políticos, pero también debe entenderse de forma literal y concreta. El hecho de que la clínica Buchinger Wilhelmi de Marbella siguiera comprando la cantidad habitual de fruta y verdura a los agricultores ecológicos durante la fuerte caída de las ventas en los años del coronavirus y luego las regalara a Cáritas es un buen ejemplo de esa actitud.

La práctica del zazen: sentarse en silencio

La meditación es uno de los pilares más importantes del zen. Meditar significa estar completamente en el momento presente para que la mente descanse y sea posible vivir la experiencia del silencio y el vacío. Todo lo que necesita para meditar es una silla o un cojín y un lugar tranquilo donde se sienta a gusto. Póngase ropa cómoda que no apriete para poder concentrarse plenamente en la respiración.

1. Siéntase en el cojín sobre los talones o con las piernas cruzadas o en la silla con las piernas ligeramente abiertas y estiradas. La espalda debe estar recta y la cabeza y la columna vertebral, formar una línea.
2. Coloque las manos juntas sobre su regazo de modo que formen un cuenco y las puntas de los pulgares se toquen ligeramente. La parte superior del cuerpo está relajada y sin tensión, los hombros pueden desplazarse hacia abajo. Con los ojos semicerrados, deje que su mirada mire al suelo, a unos dos o tres metros delante de usted, sin fijarla en nada.
3. Ahora concéntrese en la respiración. Opcionalmente, puede contar las respiraciones o centrar toda la atención en la inhalación y la exhalación del aire. Si nota que se pierde en pensamientos o ensoñaciones, tome nota de ello y vuelva a la respiración. Deje que la respiración fluya de forma natural. La respiración es un ancla cuando se medita.
4. Para terminar la meditación, abra bien los ojos, respire hondo y mueva y estire los brazos y las piernas.

La meditación regular tiene una serie de efectos positivos. Se ha demostrado que reduce la susceptibilidad al estrés y alivia los síntomas de las enfermedades relacionadas con él. Mejora la capacidad de concentración y también nos ayuda a enfrentarnos a la vida cotidiana más tranquilos, relajados y empáticos

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Sobre Niklaus Brantschen

Niklaus Brantschen (nac. 1937) es jJesuita, maestro zen, cofundador del Instituto Lassalle en Bad Schönbrunn, guía de ayuno y autor de numerosos libros, entre otros, sobre el tema del ayuno. A los 22 años ingresó en la Compañía de Jesús. Estudió Teología en Fourvière (Francia) y en Tubinga y Formación de adultos en Múnich. La meditación y el diálogo interreligioso despertaron su interés desde muy joven. Participó en cursos de meditación con Karlfried Graf Dürckheim y, a partir de 1976, profundizó en el estudio del pensamiento zen con Hugo Makibi Enomiya-Lassalle y Yamada Kôun Roshi en Kamakura (Japón). En 1988, Yamada Kôun Roshi le concedió la acreditación como docente, y en 1999 recibió el reconocimiento como maestro zen por parte de Glassman Roshi. En la práctica del budismo zen, Brantschen ve un camino espiritual enriquecedor y todavía sin recorrer por completo entre Oriente y Occidente, que puede conducir a la ruptura de las barreras entre religiones, naciones y razas y, con ello, al devenir de una sola humanidad.